lunes, 11 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 26: Tabaco que hiere.



Me tocan el hombro y me vuelvo con el cigarro en la mano derecha.

Dani: Sigues fumando... no cambias ni para eso eh -me sonríe- sabes que nunca me ha gustado.

Le doy otra calada, me acerco a su cara y le echo el humo en los labios que asciende hacia arriba evaporándose.
Se separa, no es la reaccion que esperaba, ni mucho menos....me quedo petrificada.

Dani: No me tires el humo Anna...sabes que odio el tabaco, no lo soporto... ¿y me tiras el humo?

Anna: Uish perdone al señorito, que tiquismiquis la Virgen... -digo también molesta- ¿qué te pasa? -le pregunto borde apoyando mi codo derecho con el cigarro en la mano en mi brazo izquierdo-

Dani: Nada, que mi novia sabiendo que odio el tabaco no solo fuma sino que encima con toda la chulería del mundo me echa el humo a la cara cuando vengo como un calzonazos a ver por qué me dice que va al baño y se sale fuera.

Sonrío ahora como una tonta por eso último y me acerco a él de nuevo rodeándole el cuello sin tirar el cigarro, pero me vuelve a separar serio.

Dani: Anna no estoy de broma, te estoy diciendo que no me gusta que fumes.

Anna: Dani yo fumo y lo sabes, es algo de mi... ¿te digo yo que no bebas por ejemplo?

Dani: No es lo mismo Anna, eso daña tu salud.

Anna: Ah claro perdona, qur el alcohol es algo super sano… -ironizo-

Dani: Mira Anna... solo te digo que a mi no me beses si acabas de fumar.

Anna: Ah, pues muy bien -digo flipando por la situación y por como está- pues por esa regla de tres, tú no me beses cuando bebas, ¿te parece bien?

Me parece increíble que me esté diciendo todo esto cuando el sabe desde hace años que fumo.

Dani: Pues si te molesta el olor a alcohol no te besaré cuando beba... la diferencia es que yo bebo un poco el fin de semana, tu fumas cada día.

Doy una honda calada al cigarro, echo el aire hacia arriba, doy otra, echo el cigarro al suelo y mientras lo apago con el pie echo el aire.

Anna: ¿Sabes qué? Que si tanto te molesto mejor me voy, ¿no?

Dani: No, me voy yo para dentro, fúmate los cigarros que quieras Anna, cuando te apetezca dejar de fumar y venir conmigo estoy dentro.

Se mete de nuevo dentro del local y resoplo llena de impotencia, esto y el cabreo que tengo encima por lo de antes hace que no me pueda tranquilizar de otra forma que no sea fumando. Saco otro cigarrillo de mi bolso y lo enciendo.

No es justo que se ponga así, él ya sabía que yo fumaba antes de empezar a estar juntos, no entiendo nada... los ojos se me llenan de lágrimas mientras fumo, no sé si irme o si volver a entrar... la cabeza me va a mil...
Doy tres caladas más seguidas al cigarro con ansias de que se acabe y lo tiro de nuevo al suelo, lo apago con el pie y entro de nuevo tras darle unas cuantas vueltas más a mi cabeza.

Veo a Dani de lejos con sus amigos y me acerco a él.

Anna: Dani yo me voy, ni estoy bien, ni quiero discutir más y estoy cansada -digo cogiendo mis cosas-.

Dani: ¿Y ahora se supone que yo tengo que salir corriendo detrás de ti, no?

Anna ¿Cómo?-No me creo que me diga eso-.

Dani: Que así funciona lo nuestro... tú haces lo que te da la gana, y yo tengo que ser comprensivo, ceder e ir tras de tí suplicándote.

Anna: ¿Perdona? pero ¿qué dices Dani?- Digo más cabreada y amontonándose las lágrimas en mis ojos- Sólo te estoy diciendo que me voy a mi casa, que no quiero estar más aquí.

Dani: Y también lo dices para que vaya detrás de ti y te pia perdón por lo de antes.

Anna: No me puedo creer que me estés diciendo esto...-Trago saliva para aguantar más las lágrimas- Yo no soy como tus "amiguitas" yo tengo dignidad y ni me arrastro por nadie ni quiero que se arrastren por mí.

Ahora es él quién me mira compungido, le acabo de dar donde más le duele,

Dani: ¿"Amiguitas" Anna? Claro que no eres una de mis amigas, Anna AMIGAS, no me eches en cara mi pasao porque yo podría hacer lo mismo, y la diferencia es que mi pasado no te afecta a ti y el tuyo a mí sí... ya me queda claro que tú no te arrastras por nadie, pero permíteme que dude el que no quieras que yo me arrastre por ti.

Lo miro, nuestros ojos sueltas chispas, si alargamos esto vamos a decir cosasque mañana nos arrepentiremos.

Anna: Será mejor que hablemos cuando nos calmemos Dani.

Dani Pues nada, vete y huye como siempre de los problemas que tienes Anna...

Las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, me las seco rápidamente con mis manos intentando que no me vea y en vez de contestarle, porque sé que la cosa iría a peor, me alejo y salgo del local. Me subo al primer taxi que pasa, por un momento creí que iba a salir tras de mí, pero eso no ha pasado... yo me voy para mi casa y Dani se queda rodeado de sus amigos, de fiesta y... yo lo he plantado...


Nada más llegar a mi casa me quito la falda y la blusa dejándola tirada por la habitación, me pongo el pijama y sin desmaquillarme porque no me queda fuerzas ni para eso, me meto en la cama llorando. Pienso en llamarle, en disculparme de alguna forma pero no sé de qué tengo que pedir perdón... yo soy así y él... también és como és... ¿ y si no somos compatibles?

Este pensamiento hace que llore más escondiéndome en la almohada, empapándola de mis lágrimas y poco a poco me voy quedando dormida por el cansanciode llorar.

A la mañna siguiente me levanto tarde, me miro al espejo, tengo un careto que para qué.. el rímel corrigo, el maquillaje quitado dejando el recorrido de mis lágrimas, despeinada... Miro el móvil desenado notícias suyas, pero solo hay silencio, nada más, y duele...duele mucho.

Ni un simple mensaje, nada... lágrimas vuelven a caer por mis mejillas, ¿ y si me pasé anoche yéndome así?pero tampoco quería quedarme allí y discutir... quizás tenga razón, huí en lugar de hablar las cosas, me fuí de allí y en el fondo esperaba que me siguiese, estoy acostumbrada a que mis parejas me vengan detrás, pero él no es como los demás... él es Dani.



Durante el día me llaman varías veces al móvil y voy a él como loca pero rápidamente veo que ninguna de las veces es Dani y dejo el móvil sonar hasta que se corta la llamada. Odio estar así... puede que él esté esperando a que sea yo quien le llame, pero... ¿lo hago?

Creo que los dos somos demasiado orgullosos por lo que me decido a llamarle, pero cuando estoy a punto de darle al botón verde, suena el timbre...