CAPITULO 27 : ¿Cómo sabes que me amas?

Nunca creí que el sonido del timbre pudiese acelerar tanto mi pulso. Por una parte deseo que sea él quién está al otro lado de la puerta, por otra no deseo verle. Me hizo daño ella, pero más daño me hizo él… siento celos, me siento insegura y eso es algo que jamás había sentido, me asusta.

Tras varios segundos con la vista perdida y pensando que hacer, me levanto con inseguridad y tras ponerme las zapatillas voy a la puerta y miro por la mirilla. Me apoyo en la puerta poniéndome la mano en la frente, resoplo y me vuelvo al sofá sin abrir.

El timbre insiste, una y otra vez, cada vez más insistente… no sé quién le habrá abierto la portería pero aquí está… ahora golpes en la puerta acompañan el ruido del timbre. No quiero abrir, no sé que decirle.

Dani: Anna sé que estás ahí, ábreme…

No le contesto cambiando de canal como si estuviese buscando algo.

Dani: Anna va, no seamos críos…

Es que no le pienso contestar vaya, el decía anoche que me gustaba que se arrastrasen por mí, ¿no? Pues ya está.

Ya no llama al timbre, ahora aporrea la puerta.

Dani: Anna maldita sea…abre la puerta, ábrela.

Resoplo y aprieto más fuerte los botones del mando a distancia, se estará enterando toda la finca. En un momento cesan los golpes y temo que se haya ido, me acerco de puntillas a la puerta aguantando la respiración. Miro de nuevo y no lo veo, no puede ser… no quiero que se vaya…

Dani: Hasta que no me abras me pienso quedar aquí sentado.

Lo escucho justo debajo de mis pies, está sentado apoyado en mi puerta y por eso no lo veo…¿será posible?. Vuelvo a respirar, sigue ahí, no lo he perdido.

Apoyo mi espalda en la puerta y me deslizo hacia el suelo con un suspiro de alivio. Espalda con espalda, separados por una puerta e incomprensiblemente, le siento.

Dani: Anna joder… ¿no me vas a escuchar? ¿se quedan las cosas así?.

No sé si es que siente que estoy detrás suya, pero eso es lo que yo siento y sin saber por qué me siento bien, más calmada…

Dani: Pues nada… si no piensas contestar…

Escucho como se levanta, no, no puede ser… no se puede ir, no así… como una imbécil me levanto abrazándome a la puerta, lo veo alejarse por la mirilla, y por una razón que desconozco no abro y no corro tras él. Lo veo adentrarse en el ascensor y vuelvo a deslizarme por la puerta, lloro, se va…

No sé cuánto pasa desde que se va pero sigo en el mismo sitio, en la misma postura y llorando cuando escucho algo detrás de mí, en el descansillo, ¿el ascensor? ¿y pasos hacia mi puerta? Noto como se sientan detrás mía y a los pocos minutos como si arrancasen una hoja de papel.

Y sé qué va a hacer, sé que va a echar una nota, miro ansiosa la rendija de la puerta, a los segundos que a mí me parecen minutos eternos, un trozo de papel aparece a mi lado de la puerta.

Dani: “Quizá no me quieras oír, pero estas al lado de la puerta y me vas a leer… lo sé”.

Suspiro mirando la hoja y mirándola aunque no la cojo y por alguna extraña razón mis piernas hacen que me levante, que busque un boli y me vuelva al sitio para escribir.

Anna: “¿ Y quién te dice a ti eso?” – Se la echo por debajo de la puerta al igual que él-.

Dani: “ Por lo pronto ya has leído la primera… y es más, la has contestado”.

Sonrío al leer su nota de vuelta, el muy capullo me conoce muy bien, tengo tentaciones de dejarlo ahí, no contestar, pero mientras em estoy decidiendo, veo otro papel.

Dani: “No me seas cabezota y dejes de contestarme ahora… Annita… tenemos que hablar y lo sabes”.

Anna: “Creía que no eras de los que se arrastran…”.

Noto como suspira y a los pocos segundos vuelvo a recibir otra nota.

Dani: “Lo siento, ahí me pasé, lo reconozco… pero tú también te pasaste…”.

Tiene razón, yo también me pasé, además una parte de mí pretendía que se arrastrase.

Anna: Lo sé… y lo siento, pero no era yo… eran mis celo…”.

Seguramente esto cara a cara no lo admitiría… arranco la nota y la echo por la puerta, su respuesta es casi inmediata.

Dani: “Es solo una amiga… sólo estás tú”:

Me hace sonreír con eso último pero no, me molestó y las cosas no son así...

Anna: "Haz memoria y recuerda que yo también era sólo una amiga..."

Vuelvo a enviarle la nota, parecemos adolescentes pero quizás a la cara esto hubiera sido peor.

Dani: "Tú nunca fuiste solo una amiga Anna..."

Sonrío de nuevo, me camela enseguida, pero es algo que no puedo evitar, Dani es ese huracán que llega y desordena mis ideas de repente, como quiere, a su antojo.

Anna: "Aunque fume, y sea celosa... ¿me quieres?

Recibo inmediatamente otra hoja a mi lado pero esta vez el mensaje que sólo tienen tres palabras ocupa toda la página, sonrío como una idiota.

Dani: "NO, TE AMO"

Me apresuro a escribir rápido, de estar enfadada y no querer verle me ha puesto de lo más ñoña.

Anna: "Y... ¿cómo sabes que me amas?"

Escucho como se ríe levemente sabiendo que ya me tiene camelada y ñoña perdida y espero ansiosa su respuesta, pero tarda mucho y mi impaciencia aumenta.

Dani: "Si me tocas, el corazón se me acelera. Si me hablas, me sacas una sonrisa. Si suena el móvil, voy corriendo a ver si eres tú. Porque me despierto cada mañana con ganas de acostarme de nuevo para volver a soñar contigo. Porque si me besas, me haces alcanzar el cielo. Porque apareciste de repente y, poco a poco, te convertiste en mi vida. Por eso sé que te amo."

A medida que leo más lágrimas caen de mis ojos, me levanto no estando muy segura de que mis temblorosas piernas me soporten. Abro y lo veo de pie frente a mí, con su sonrisa, esa que me mata y abre los brazos.

Dani: Necesito abrazarte ya.... no me tortures más ni niña...

Sin pensarlo dos veces con mis lágrimas recorriendo mis mejillas ahora por felicidad y la última hoja en mi mano lo abrazo fuerte rodeándole el cuerpo y escondiéndome en su pecho.

Anna: Perdóname por lo de anoche... no quise decir nada de lo que dije, era la rabia y los celos...

Noto como me eleva, levantándome del suelo y haciéndome entrar en casa, cierra la puerta con el pie, me coge la cara con las manos y con los  pulgares me limpia las lágrimas.

Dani: Te amo con rabia, con celos, con la cara llena de lágrimas, fumando, cuando sonríes, cuando me abrazas y me besas... te amo siempre pequeña... pero odio que no me abras la puerta...

Sonrío terminandome de limpiar las lágrimas mientras lo miro.

Anna: Lo siento pero no sabía que decirte si te abría... pero, ¿cómo sabías que estaba aquí?

Dani: Porque te siento mi amor... porque mi cuerpo nota cuando estás, porque somos dos mitades de un todo...

Pega su frente a la mía, yo sonrío rozando las narices y cogiendo su cara con mis manos hago puntillas para besar sus labios, al ver mis intenciones sonríe.

Dani: Bésame ya porque no sabes la noche que he pasado por no darte un último beso antes de que te fueras...

Sonrío por lo que dice, termino de recorrer los cm que quedan y con una mano en su mejilla y la otra en su nuca acariandole lo beso suavemente.

Nos perdemos en ese beso lleno de sentimientos, de emciones, de palabras no dichas y que ya no hace falta decir, nos saboreamos, sonreímos entre besos sabiendo lo que viene ahora.

Dani nos mueve, llevándonos al sofá, y aunque a alguien puede parecerle un lugar poco romántico a mi no... porque cualquier lugar junto a mi amor es perfecto para fundirnos en uno.

El salón el cual hace unas horas estaba lleno de lágrimas y de tristeza por mi parte ahora se inunda de amor, de besos, de caricias, de palabras bonitas que describen lo que nos amamos el uno al otro, y de pasión, de deseo...

Su aroma  en mi piel, mis huellas en la suya,... suspiro, jadeos y gemidos sonnuestra  banda sonora. Perdidos en el otro, unidos, convertido en uno. Nuestras manos unidas arriba de mi cabeza, una última embestida, se aprietan y nuestros cuerpos se relajan, respiraciones agitadas, sus labios en mi frente sudada.

Dani: Te amo...

Anna: ¿Cómo lo sabes?

Sonríe y yo tambien, apoya su frente y la mía tras besarne la punta de la nariz.

Dani: Porque el mundo gira a nuestro alrededor.