CAPÍTULO 8: Pasando el límite.

Noto sus labios suaves y firmes besando los míos que le responden, encajan, es como dos mitades de un todo, entreabre nuestra bocas, noto su lengua y su mano en mi cintura que me acerca a su cuerpo y entonces reacciono... no, esto no está bien, no es Lucho, no puedo hacerle esto a Lucho. Pongo mi mano en su pecho parándolo y separo mi boca quedándome aún a cm de la suya.

Anna: Es... es tarde Dani... -me refiero a la hora, y a nosotros, ahora esta Lucho-.

Dani: S.sí... tienes razón... -me dice algo decepcionado y nervioso, ¿qué se esperaba? ¿Que se lo siguiese?-.

Me levanto rápido de donde estábamos sentados, me limpio la arena que se queda en mi ropa y ando hacia el paseo marítimo algo confundida.

Anda un poco por detrás de mí, de reojo veo como mira el suelo, me gustaría poder girarme y sonreírle, decir que no pasa nada... pero sí pasa joder... sí pasa... Lucho pasa, no sé cómo he podido hacerle esto a él, esto no va conmigo, soy fiel... estoy cabreada, muy cabreada. Si es que no tendría que haber bajado de mi habitación, tendría que haber hecho caso a mi primera opción y no ir a la tentación... Resoplo no sabiendo que hacer conmigo misma.

Llegamos al hotel y llamo al ascensor, se abre y nos montamos, rezo para que llegue pronto. Miro el techo, Dani clava la mirada en el suelo, musitamos un "buenas noches" y cada uno se encierra en su habitacion, nada más cerrar la puerta lloro... he fallado a Lucho, a mis principios... y todo por Dani...

Me tumbo en la cama boca abajo y abrazo la almohada enterrando mi cabeza en ella llorando desconsoladamente. No soy así, no soy de estas, ¿por qué he dejado que pasase? ¿Por qué he pasado ese límite? ¿Por qué?.

Llaman a la puerta de mi habitación. Se que es Dani, podría no abrir... pero mis piernas se mueven hasta la puerta y mi mano abre. Ahí está, cabizbajo y rascando su nuca, va a hablar pero soy más rápida.

Anna: No tendría que haber pasado... solo era el escenario perfecto y tengo a mi pareja lejos... ha sido solo un momentos de debilidad, todos tenemos...

Dani: ¿Así que sólo soy eso no? -me dice dolido de verdad y con lágrimas en los ojos- Un momento de debilidad...

Me muerdo el labio conteniendo más las lágrimas aunque es obvio que se nota que he llorado. Me rompe verlo así pero tampoco puedo decir lo contrario, no puedo traicionar más a Lucho.

Anna: Dani... tampoco he querido decir eso... pero entiéndeme...

Dani: Déjalo Anna, está todo clarísimo, me lo has dejado cristalino... ¿sabes qué? -se esfuerza por no llorar- Tranquila que tu momento de debilidad no lo sabrá  nadie, nunca... pero ya me ocuparé yo de que no haya más.

Se va a marchar pero lo cojo del brazo volviéndolo de nuevo.

Anna: Dani... no te enfades, no me puedo separar otra vez tanto de ti...

Se deshace de mi brazo y me mira con rencor, nunca me ha mirado así, nunca... y esa mirada me duele, me mata, creo que nunca me han hecho tanto daño, es como un cuchillo que se clava en mí.

Se marcha dejándome más echa polvo aún y cierro la puerta, vuelvo a llorar y ahora no sé por cuales de las dos cosas, si por lo que le he hecho a Lucho o por como me ha mirado Dani... y la verdad, no sé que me duele más... 

Me acabo durmiendo agitada por tanto llorar pero esta vez la almohada no me da solución...

Me despierto a las ocho, pensando en cómo voy a mirar a Dani hoy, en cómo voy a hablar a Lucho... y el mundo se me cae encima, he desmoronado mi ordenada vida en una noche...

Me visto con el bikini, unos shorts y una camiseta... encima queda la semana entera... y yo que creía que me lo iba a pasar genial...

Bajo al restaurante y por suerte aún no ha bajado, no tengo hambre pero no quiero que nadie se de cuenta de que me pasa algo así que me cojo el desayuno y me siento, no dejo de mirar el móvil, nerviosa por si suena y es Lucho, como si supiese que va a detectar lo que ha pasado solo con escuchar mi voz o la manera de contestarle un whatsapp... aún no he decidido si contárselo o no... Pero es recordar como se puso cuando le dije que me venía aquí e inmediatamente se que no se lo puedo contar pero tampoco le puedo mentir...

Una sombra al lado de la mesa en la que estamos hace que salga de mis pensamientos, Dani saluda a todos con una sonrisa y cuando me mira sólo me dedica unos secos "buenos días" que yo les devuelvo. No me apetece decirle más... se que le he hecho daño, lo vi en su mirada y eso me duele, al fin y al cabo él no me obligó a nada, fue cosa de los dos...

Recuerdo sus labios sobre los míos y mi piel se eriza... fue un beso esperado, muy esperado, sin saberlo...

Miro sus labios, me muerdo los míos recordándolo, estuvo genial, todo hay que decirlo... me levanto a por más café, y para que mentir, para quitarme esa idea de la cabeza, cojo la taza nerviosa resbalando de mi mano y cae al suelo rompiéndose.

Anna: ¡Joder! -me maldigo a mí misma resoplando-.

Todos me miran, todos menos él, que me ignora, noto que mis ojos se llenan de lágrimas y salgo rápidamente del comedor.

Meri: ¡Anna!-me llama y me paro- ¿Qué pasa? No estás así por una taza Anna...

Anna: ¿Qué quieres decir? Está todo bien Meri... -contengo las lágrimas-

Meri: Pues que llevas todo el desayuno rara, seria y cabizbaja... Por último se te cae la taza y te vas corriendo... ¿estás bien Annita?.

Me dan ganas de gritar que no, que no estoy bien, que mi vida era perfecta y que algo ha pasado y que sé que las cosas van a cambiar, que ya han cambiado, que mi mundo se ha venido abajo, y todo por él... pero me remito a contestarle con un "nada" sonriéndole con una caricia para intentar que me crea y le digo que nos vemos dentro de media hora con los demás. Quizás se lo cuente en otro momento, pero ahora no, ahora no puedo...

Meri: Anna… -me sonríe y me acaricia la cara- cualquier día, en cualquier lugar, cuando quieras, me lo cuentas, ¿vale? cuando estés lista para oírtelo decir en voz alta, yo estaré aquí.

Me sonríe, y algo me hace pensar que sabe de lo que habla, que sabe lo que ha pasado... y eso me tranquiliza y me asusta a la vez. Meri es de mis mejores amigas, pero... pero si no lo digo en voz alta es como si no hubiese pasado...

Le devuelvo la sonrisa y la abrazo fuerte dándole las gracias.

Anna: Te prometo que te lo voy a contar pero ahora mismo no estoy lista... -le doy un beso en la mejilla y subo a mi habitación-.

No sé realmente a que he subido, quizás a escapar del barullo, pero realmente del que quiero escapar es del que hay en mi cabeza, pero eso me sigue a todos lados. Un sonido, una música, es mi móvil, lo saco del bolsillo, miro la pantalla y ahí está su nombre, ¿qué hago...?.